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Un cineasta que encontró su esencia en la poesía

Texto por: Valentina Santos

Foto por: Valentina Santos

«El buen cine es aquel que nos invita a sanar mediante la poesía», así lo describe Juan Diego Escobar Alzate, director de cine manizaleño, quien considera que la función primordial de todas las artes es ayudar a transformar el ser. Según él, el cine, como máxima expresión artística, no tiene otra responsabilidad más significativa que la de ayudar al hombre a comprenderse a sí mismo, su dolor, sus traumas y su lugar en la tierra.

Juan Diego recuerda que durante sus años en el colegio, todos sus compañeros  querían seguir la trayectoria de sus padres, excepto él. «Uno es muy joven cuando quiere saber qué estudiar y ellos, obviamente, quisieron seguir con la tradición de los papás, siendo finqueros, arquitectos, abogados, ingenieros, estas profesiones tan tradicionales», expresa Alzate. Al respecto, también afirma que Manizales fue una ciudad muy conservadora, pero ahora poco queda de aquella ciudad que lo tildó de loco. 

«Cuando me tocó a mí decidir que quería estudiar yo no tenía ni idea, ya que no quería ser ninguna de estas profesiones tradicionales. Yo lo único que había hecho en mi vida era ver cine y más cine».

Escobar Alzate trabajó en Caracol como director audiovisual de 7 Día y El Rastro, después de esto, aplicó a una Beca Colfuturo en San Francisco para cursar un  MFA (Maestría en Finas Artes) en Dirección de Cine y Televisión en Academy Of Arts University. Con uno de sus cortometrajes, Los colores de la esperanza y el olvido, rodado en 2016 en  Manizales; así, fue reconocido como el mejor director de ese año en su universidad,  graduándose con honores Cum Laude.  

En muchos sentidos, Escobar se considera un niño: «creo que la profesión que tengo da precisamente para eso, para soñar, para crear mundos, para crear universos, para deslumbrarse con las cosas». Sus hobbies son ver cine, escribir, leer poesía, hacer poesía, los videojuegos, el oscurantismo y conocer sobre estas cosas. Considera su casa algo Kitch y una saturación de todo lo que él es.

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«Siempre me apasionaron las películas de género, de terror, oscuras,  fantásticas, de culto. En general, me gusta el cine atmosférico, poético y filosófico».

Escobar se ha inspirado en algunas películas como The Witch, en todo el cine de Alejandro Jodorowsky, en el cine de Terrence Malick y en la cosmovisión del Dios según Spinoza, que es en el Dios que él cree.  Y  como todo cineasta, también soñaba con su ópera prima: Luz, la cual tuvo seis años en gestación y se rodó dos años después de haberse graduado.

Luz, su ópera prima

Cortesía de Juan Diego Escobar

«Lo que me inspira a mí, tanto en esta película como en las otras, siempre es la búsqueda de la sanación, es la búsqueda de encontrarme conmigo mismo y poder ayudar a los actores y a las distintas personas partes del equipo», expresa Escobar Alzate. 

Cortesía de Juan Diego Escobar

Luz es una película con un enfoque feminista, poético, en la que el hombre, en su haber más primitivo del mundo, se enfrenta a la naturaleza para poder ver que esta es lo más grande e importante que tenemos. Trata de un líder predicador conocido como “El Señor”, quien empieza a perder credibilidad tras prometerles a ingenuos habitantes que convocaría a una especie de Dios en forma infantil. La aparición de dos enigmáticos personajes pone en jaque el verdadero significado de la fe.

Este largometraje de fantasía grabado en el 2018 tendrá su premier nacional este año, su premier mundial fue en Sitges, el festival más importante del mundo a nivel fantástico y de cine de género. Escobar siempre había soñado estar en este festival.

«Los directores sueñan con los Oscar, sueñan con Sundance. Yo, como director de cine de género que soy, de fantástico,  soñaba llegar a Sitges, donde todos mis directores favoritos habían estado y donde todos empezaron su carrera. Para mí esto es un sueño cumplido».

Luz se hizo de una manera muy independiente, Escobar explica que su próxima película muy seguramente no se hará bajo estos estándares, sino que será  mucho más fácil poder recolectar el dinero de alguna manera, ya que a esto es lo que le apuestan los festivales, a formar nuevos talentos y apoyarlos en su trayectoria como directores o creadores.

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Esta película ha rodado por varios festivales del mundo como Nocturna en Madrid; Almería Western Film festival en España; Mórbido en México, (donde ganó mejor película Iberoamericana); Buenos Aires Rojo Sangre,  (donde ganó mejor montaje, mejor actriz y mejor película latinoamericana); y Glasgow Film Festival en Escocia. Estará en Fantaspoa en Brasil;  Panorama en Berlín; Fant Bilbao y Sombra en España; y hasta el momento tiene distribución asegurada en EE UU, Canadá, Taiwán, España, Alemania y Colombia.

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Para Juan Diego Escobar, el cine y todas las artes son algo muy crítico y no a todos gusta por igual. Recuerda que durante sus estudios universitarios, muchas veces sus trabajos fueron criticados; le decían que era algo muy complejo y poético, pues los profesores preferían trabajos más comerciales, que se pudieran vender. Sin embargo, a él no le interesaba vender, le interesaba mostrar lo que nacía de sí mismo, y era hacer poesía.

«Siempre habrá comentarios negativos diciendo que tu obra es mala porque sí, pero esto no significa que tu obra sea mala o buena. Una obra y una voz siempre tienen un público. Si estás estudiando cine o quieres estudiar cine, no tomes todo por sentado, no todo lo que te dicen los profesores es verdad. Uno tiene que creerle más al instinto de uno que a un profesor.»

“Encontré mi esencia y mi sello cuando me di cuenta que era un poeta.”

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